Óscar Rodríguez Maradiaga, coordinador del grupo asesor de 8
cardenales que funciona como un virtual Gabinete papal, lo anunció
oficialmente.
El Sínodo de Obispos será transformado en un "órgano de
consulta permanente", inclusive en forma online, mientras que se creará en
el Vaticano un "Ministerio de Finanza". Estos son dos de los anuncios
que surgen del comité de reformas de la curia que integran 8 cardenales al
servicio del papa Francisco y que coordina Óscar Rodríguez Maradiaga.
"El Papa desea transformar el Sínodo de Obispos en un
órgano de consulta permanente", afirmó Maradiaga al término de la visita a
Asís, donde el grupo cardenales acompañó a Francisco. El deseo de Bergoglio,
señala el purpurado, es que se convierta en "una estructura interactivaque
permita tener a los obispos siempre presentes, a pesar de que cada uno
permanezca en su país". Un sistema muy parecido al de la Asamblea General
de Naciones Unidas, en el que el "G-8" podría tener un puesto
permanente y el resto, hastaunos doscientos, elegidos mayoritariamente por las
Conferencia Episcopales.
Las propuestas que se han abordado la pasada semana en Roma
abogan por redefinir las funciones de este sínodo, que hasta la fecha se reúne
durante tres semanas cada dos o tres años, y conseguir que "sea un
instrumento que trabaje durante tres años, con consultas permanentes y si es necesario
diarias utilizando internet". En otras palabras, que la
"sinodalidad" sea "el sistema de trabajo en la Santa Sede ", lo
que supondría un cambio en la estructura de gobierno, haciéndola mucho más
horizontal. "La relación de colaboración de los obispos con el pontífice,
indicada por el Concilio Vaticano II no fue muy desarrollada", apuntó
Maradiaga.
El nuevo secretario del Sínodo, Lorenzo Baldisseri, re
reunirá en las próximas semanas con el equipo permanente para emitir en breve
una convocatoria. El próximo Sínodo, el primero con la nueva estructura, podría
ser anunciado antes de final de año.
En lo tocante a la reforma de los organismos de la Curia , Maradiaga recalcó que
"no son retoques, sino una reforma de la Curia ", para la que "necesitaremos
tiempo". "Queremos que el proyecto sea discutido con quienes viven
aquellas situaciones, que tienen experiencia, y para que den su
aportación", recalcó. Sí parece clara una nueva estructura para los
dicasterios romanos y la
Secretaría de Estado.
Maradiaga consideró que la unificación de los dicasterios de
la Curia Romana
es una necesidad evidente. Y que fueron los cardenales en las reuniones
anteriores al cónclave los que consideraron que "la Curia ha crecido mucho y que
es difícil que pueda trabajar con agilidad".
Sobre la reforma económica y el futuro del Banco Vaticano y
el APSA, Maradiaga insistió en que "no se entiende por qué el Vaticano no
pueda tener, como sucede en los otros estados, un ministerio de las finanzas
que reagrupe a todos los actuales dicasterios".
Respecto al IOR, el coordinador de la comisión indicó que
"hay que superar la actual ambigüedad de una fundación que no es un
banco" y precisó que sobre el tema "se están ocupando otras dos
comisiones", si bien hay algo sobre lo que no existen dudas: "la
transparencia es la mejor respuesta".
Sobre los últimos pontificados consideró que "nadie
había sospechado que Juan Pablo II venido desde Polonia, habría derrumbado la
cortina de hierro; después el papa Benedicto puso firmes algunas bases
teológicas fundamentales, como el amor, la esperanza y la fe. Ahora con el papa
Francisco ha llegado el momento de acercar más al pueblo de Dios a través del
cariño y de las cosas simples, pero esenciales para la vida cristiana que tocan
los problemas de cada día y especialmente los corazones".
"Estamos - prosiguió el cardenal-- en esta etapa de la Providencia que nos
lleva a estar más cerca de las enseñanzas del Concilio Vaticano II". Y
consideró que "también la reforma de la Curia responde a esta exigencia: no un organismo
fuera y arriba del mundo, pero en el mundo y que busca servirlo" porque
"el concepto que Francisco tiene de la autoridad es el servicio".
En las distintas entrevistas, el cardenal también habló de
la histórica jornada de ayuno y oración por la paz en Siria. "Fue un
milagro. Esas sanciones que Estados Unidos querían aplicar en Siria hubieran
llevado a la guerra y esos misiles habrían provocado más destrucción y
sufrimiento", apuntó Maradiaga, quien añadió que la carta del santo padre al
presidente Putin tuvo un efecto extraordinario "fue un hecho
importantísimo en la historia del mundo. Fue un remezón saludable en la
conciencia de todos".
Sobre el drama de la inmigración, incluso de Centroamérica
con Estados Unidos, el cardenal consideró que para "evitar tragedias de
este tipo es necesario que haya más vigilancia contra los traficantes que se
aprovechan de este drama". Pero también es necesario "estimular a los
gobiernos para que presten más atención a la juventud". Porque "no
hay interés por el destino de tantos jóvenes. No tienen un horizonte. Es un
dolor".
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@DataVaticana
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