Nuevamente comenzaron a circular especulaciones ante las reiteradas suspensiones de actividades del pontífice argentino.
Hay preocupación por la salud del papa Francisco. Hoy suspendió una visita
programada al Policlínico Gemelli debido a lo que fue calificado por voceros del
Vaticano como "una leve indisposición". De inmediato, se anunció que el
cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán, leería en misa la homilía preparada
por Jorge Bergoglio.
El 9 de junio ya había prorrogado sus actividades por segundo día consecutivo
y, esa situación, en medio de una agenda muy cargada, generó inquietudes.
Entonces se explico que "el calor" imperante en Roma es lo que agobia al
pontífice (y no sólo a él). Entonces los voceros repitieron el diagnóstico: "Una
leve indisposición", la frase exacta utilizada en toda oportunidad por el vocero
oficial, Federico Lombardi.
El martes 17 Francisco recuperó una de las reuniones que había dejado
pendiente, una audiencia con los integrantes del Consejo Superior de la
Magistratura italiana. Ante ellos explicó qué le había sucedido. “Les pido
perdón por la otra vez, de verdad. A mitad de la mañana tuve un desvanecimiento,
fiebre y tuve que cortar las actividades, me disculpo por eso”, reveló.
El 19 de junio el papa ofreció la misa de Corpus Christi en Letrán. Lo hizo,
visiblemente agotado, con la voz cansada y un gesto adusto, desacostumbrado para
un papa al que se lo ha calificado como "el de la alegría", más de una vez. Ese
día se anunció que no participaría d ela procesión: “El papa tiene algunos
problemas para caminar largas distancias, pero está bien, sino mírenlo, miren su
agenda”, señaló el vocero Lombardi en referencia al abultado calendario de
trabajo de Francisco. Tras celebrar la misa en Letrán, Bergoglio se dirigió a la
Plaza de Santa María la Mayor donde concluyó el acto con una bendición.
Se le restó importancia al hecho de que no pudiera liderar la procesión y se
recordó, para fortalecer esa postura, que el papa emérito Benedicto XVI hacía el
recorrido en un vehículo, porque tampoco podía caminar una extensión tan
larga.
La frase que sembró inquietud
Sin embargo, los analistas se quedaron incómodos ante una frase pronunciada
por el pontífice, ya que a principios de junio, tras recibir al presidente de
México, Enrique Peña Nieto y de recibir en multitudinaria audiencia a unos 50
mil deportistas, expresó: “Los bendigo y rezo por ustedes, y les pido rezar por
mí, para que yo también tengo que hacer mi juego que es el juego de ustedes, ¡el
juego de toda la Iglesia! Recen por mí para que pueda hacer este juego hasta el
día en que el señor me llamará con él. Gracias”.
El Vatican Insider, el diario sobre asuntos vaticanos de
La Stampa de Turín, dio cuenta de las especulaciones que se hacían en
el entorno pontificio, más aun cuando lidera una serie de cambios que, de
concretarse, serían históricos y muchos no están de acuerdo con ello dentro de
la Iglesia.
Ese diario explicó que sus colaboradores indican que es un afecto al trabajo.
"Por recomendación médica -publicó el Vatican Insider- Bergoglio
debería tomar una siesta diaria de, al menos, unos 45 minutos. Pero en varias
ocasiones la ha saltado. ¿Un ejemplo? El 17 de marzo cuando almorzó con la
presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Santa Marta. La
comida se extendió más allá de las 4 de la tarde. No obstante el Papa no quiso
atrasar una reunión ya pautada, para esa misma hora, con los directivos del
proyecto Scholas Occurrentes".
Uno de los cardenales más cercanos al papa Francisco, el nicaragüense Óscar
Rodríguez Maradiana, coordinador del Consejo de Cardenales o "Grupo de los 8",
una especie de "jefe de Gabinete" del pontífice, dijo que "le recomendamos que
se tome vacaciones este año porque algunas veces se lo ve muy cansado".
Este miércoles ofreció su última audiencia masiva de la temporada que
retomará el miércoles 6 de agosto.
La decepción y la preocupación
La prensa italiana sostiene este viernes que los diorectivos del Policlínico
Gemelli y "unos 5 mil fieles que esperaban al papa" se enteraron sobre la hora
de su inasistencia. Quien anunció el "faltazo" fue el obispo Claudio Giuliodori,
asistente eclesiástico de la Universidad católica. Explicó que la visita había
sido anulada por el momento. Giuliodori no añadió nada más sobre los motivos de
esta decisión.
Pero los calmaron desde las áreas políticas de la Santa Sede, al señalárseles
que la visita se reprogramaría y que no había sido cancelada.
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@DataVaticana
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